domingo, 17 de junio de 2007

Final didáctico


Estrin-Ivashin
Correspondencia 1974
Juegan las blancas y ganan

El siguiente final es muy instructivo, pues nos muestra cómo el ajedrez puede jugarse sin necesidad de analizar cientos de variantes. Lo importante, muchas veces, es simplemente conocer las ideas conceptuales, que si se saben aplicar bien, nos enseñan con una claridad impresionante, lo fácil que a veces pareciera que es el ajedrez.

Sin duda las blancas están mejor. Sus peones están todos en casillas negras (a excepción del de a4) y además, el negro tiene una posición apretada. Su rey está lejos del flanco dama y hacer que el monarca oscuro llegue a ese flanco se ve complicado. Además, hay que considerar que muy lejos no puede irse pues existe una posible amenaza: Axg6 seguido de f7 ganando si es que el rey el alfil negros no defienden en su momento la casilla e8.

Así las cosas, la primera jugada que se nos ocurre es 1. b4 o bien 1. Ab5. ¿Cuál de las dos será mejor? Si recordamos que hace un momento dijimos que la amenaza Axg6 era importante, es claro que 1. Ab5 no puede resultar la mejor. Habría que esperar un poco antes de decidirse por mover el alfil de esa diagonal.

Ahora bien, pensemos qué pasaría si después de 1. b4, las negras responden con 1. ... b6. Después de 2. bxa5 bxa5 tendríamos la misma posición que originalmente, pero sin los peones de la columna b. Entonces parece ser que se puede ganar fácilmente con: 3. Ab5 Rf8 4. Rb2 Rg8!? interesante recurso. Entrega un alfil, pero si se acepta el ofrecimiento, ¿cómo es que el rey negro podrá penetrar? Aparentemente la pieza de ventaja es inútil, pero si pensamos con cuidado, podemos intentar ver donde deben estar las piezas, para saber si se puede ganar. ¿Cuáles serían las casillas óptimas entonces? Probablemente el rey blanco pueda ir a f4 y el alfil blanco podría estar en c6. Si estas dos condiciones se dan (¡y pueden darse!) entonces Axd5 sería imparable y ganador, pues a exd5 seguiría e6! metiendo al rey blanco en e5, penetrando en las líneas enemigas y ganando fácilmente. Así entonces, a 1. b4, b6? pierde de inmediato.

Por lo tanto, la primera jugada ya está clara: 1. b4. A 1... axb4 sería un error 2. a5? por 2... Aa4 3. Rb2 (3. Ac2 Ab5 4. Rb2 seguido de 5. ... Ac4) 3... Rf8 4. Ac2 Axc2 5. Rxc2 Re8 6. Rb3 Rd7 7. Rxb4 Rc6 8. Ra4 Rd7 9. Rb5 Rc7 y a pesar de la situación del negro, las blancas no pueden forzar la victoria. De esto, entonces surge la posibilidad de toda la línea ganadora: 1. b4 axb4 2. Ac2! Ac6 3. Rb2 b6 4. Rb3 Rf8 5. Rxb4 Re8 6. a5 bxa5+ 7. Rxa5 Rd8 8. Rb6 Ae8 9. Rc5 Rc7 10. Ad3! y ¡zugzwang! Si ahora se mueve el alfil negro de e8 sigue Axg6 ganando de inmediato. Y si 10. ... Rd7 11. Ab5 Rd8 12. Axe8 Rxe8 13. Rc6! ganando.

Nótese que todo este análisis puede hacerse con una lógica prácticamente cristalina y no dependiendo de calcular variantes, que aunque sin duda siempre hay que tenerlo presente, lo que importa, quizás en la mayoría de los casos, es la valoración de la posición, asunto que Estrin entendía perfectamente.

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